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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|Ester 4:11|
									«Todos los servidores del rey y todos los habitantes de las provincias del rey saben que todo hombre o mujer que se presente al rey, en el patio interior, sin haber sido llamado, es condenado a muerte por el edicto, salvo aquel sobre quien el rey extienda su cetro de oro; y hace ya treinta días que yo no he sido llamada a presencia del rey.»									
     
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									12
									 
									 
									|Ester 4:12|
									Llevó a Mardoqueo la respuesta de Ester									
     
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									13
									 
									 
									|Ester 4:13|
									y Mardoqueo hizo que le contestara: «No te imagines que por estar en la casa del rey, te vas a librar tú sola entre todos los judíos,									
     
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									14
									 
									 
									|Ester 4:14|
									porque, si te empeñas en callar en esta ocasión, por otra parte vendrá el socorro de la liberación de los judíos, mientras que tú y la casa de tu padre pereceréis. ¡Quién sabe si precisamente para una ocasión semejante has llegado a ser reina!»									
     
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									15
									 
									 
									|Ester 4:15|
									Ester mandó que respondieran a Mardoqueo:									
     
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									16
									 
									 
									|Ester 4:16|
									«Vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mí. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentaré ante el rey; y si tengo que morir, moriré.»									
     
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									17
									 
									 
									|Ester 4:17|
									Se alejó Mardoqueo y cumplió cuanto Ester le había mandado.									
     
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									1
									 
									 
									|Ester 5:1|
									Al tercer día, se revistió de reina. Franqueando todas las puertas, llegó hasta la presencia del rey; estaba el rey sentado en el trono real, y alzando su rostro, en dulzura,									
     
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									2
									 
									 
									|Ester 5:2|
									y tomando el rey el cetro de oro, lo puso sobre el cuello de Ester.									
     
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									3
									 
									 
									|Ester 5:3|
									El rey le preguntó: «¿Qué sucede, reina Ester? ¿Qué deseas? Incluso la mitad del reino te será dada.»									
     
 
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