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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|Ezequiel 16:11|
									Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar a tu cuello.									
     
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									12
									 
									 
									|Ezequiel 16:12|
									Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas, y una espléndida diadema en tu cabeza.									
     
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									13
									 
									 
									|Ezequiel 16:13|
									Brillabas así de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y recamados. Flor de harina, miel y aceite era tu alimento. Te hiciste cada día más hermosa, y llegaste al esplendor de una reina.									
     
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									14
									 
									 
									|Ezequiel 16:14|
									Tu nombre se difundió entre las naciones, debido a tu belleza, que era perfecta, gracias al esplendor de que yo te había revestido - oráculo del Señor Yahveh.									
     
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									15
									 
									 
									|Ezequiel 16:15|
									Pero tú te pagaste de tu belleza, te aprovechaste de tu fama para prostituirte, prodigaste tu lascivia a todo transeúnte entregándote a él.									
     
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									16
									 
									 
									|Ezequiel 16:16|
									Tomaste tus vestidos para hacerte altos de ricos colores y te prostituiste en ellos.									
     
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									17
									 
									 
									|Ezequiel 16:17|
									Tomaste tus joyas de oro y plata que yo te había dado y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte ante ellas.									
     
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									18
									 
									 
									|Ezequiel 16:18|
									Tomaste tus vestidos recamados y las recubriste con ellos; y pusiste ante ellas mi aceite y mi incienso.									
     
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									19
									 
									 
									|Ezequiel 16:19|
									El pan que yo te había dado, la flor de harina, el aceite y la miel con que yo te alimentaba, lo presentaste ante ellas como calmante aroma. Y sucedió incluso - oráculo del Señor Yahveh -									
     
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									20
									 
									 
									|Ezequiel 16:20|
									que tomaste a tus hijos y a tus hijas que me habías dado a luz y se los sacrificaste como alimento. ¿Acaso no era suficiente tu prostitución,									
     
 
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