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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									21
									 
									 
									|Ezequiel 46:21|
									Me sacó luego al atrio exterior y me hizo pasar junto a los cuatro ángulos del atrio; en cada uno de los ángulos del atrio había un patio:									
     
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									22
									 
									 
									|Ezequiel 46:22|
									esto es, en los cuatro ángulos del atrio, cuatro pequeños patios de cuarenta codos de longitud y treinta de anchura, los cuatro de las mismas dimensiones.									
     
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									23
									 
									 
									|Ezequiel 46:23|
									Una tapia cercaba los cuatro, y en la parte baja de la tapia había levantados unos fogones, todo alrededor.									
     
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									24
									 
									 
									|Ezequiel 46:24|
									Y me dijo: «Estos son los fogones donde los servidores de la Casa cocerán los sacrificios del pueblo.»									
     
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									1
									 
									 
									|Ezequiel 47:1|
									Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umbral de la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia oriente. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa, al sur del altar.									
     
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									2
									 
									 
									|Ezequiel 47:2|
									Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el exterior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente, y he aquí que el agua fluía del lado derecho.									
     
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									3
									 
									 
									|Ezequiel 47:3|
									El hombre salió hacia oriente con la cuerda que tenía en la mano, midió mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos.									
     
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									4
									 
									 
									|Ezequiel 47:4|
									Midió otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta las rodillas. Midió mil más y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la cintura.									
     
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									5
									 
									 
									|Ezequiel 47:5|
									Midió otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que no se podía atravesar.									
     
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									6
									 
									 
									|Ezequiel 47:6|
									Entonces me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?» Me condujo, y luego me hizo volver a la orilla del torrente.									
     
 
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