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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									16
									 
									 
									|Gálatas 3:16|
									Pues bien, las promesas fueron dirigidas a Abraham = y a = su = descendencia. = No dice: «y a los descendientes», como si fueran muchos, sino a uno solo, = a tu descendencia, = es decir, a Cristo.									
     
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									17
									 
									 
									|Gálatas 3:17|
									Y digo yo: Un testamento ya hecho por Dios en debida forma, no puede ser anulado por la ley, que llega 430 años más tarde, de tal modo que la promesa quede anulada.									
     
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									18
									 
									 
									|Gálatas 3:18|
									Pues si la herencia dependiera de la ley, ya no procedería de la promesa, y sin embargo, Dios otorgó a Abraham su favor en forma de promesa.									
     
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									19
									 
									 
									|Gálatas 3:19|
									Entonces, ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley que fue promulgada por los ángeles y con la intervención de un mediador.									
     
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									20
									 
									 
									|Gálatas 3:20|
									Ahora bien, cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno solo.									
     
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									21
									 
									 
									|Gálatas 3:21|
									Según eso, ¿la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Si de hecho se nos hubiera otorgado una ley capaz de vivificar, en ese caso la justicia vendría realmente de la ley.									
     
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									22
									 
									 
									|Gálatas 3:22|
									Pero, de hecho, la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo.									
     
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									23
									 
									 
									|Gálatas 3:23|
									Y así, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera de la fe que debía manifestarse.									
     
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									24
									 
									 
									|Gálatas 3:24|
									De manera que la ley ha sido nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe.									
     
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									25
									 
									 
									|Gálatas 3:25|
									Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo.									
     
 
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				- Sugerencias 
 

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