- 
			
				- 
									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
- 
									  
 - 
									
									11
									 
									 
									|Jonás 1:11|
									Y le preguntaron: «¿Qué hemos de hacer contigo para que el mar se nos calme?» Pues el mar seguía encrespándose.									
     
 - 
									
									12
									 
									 
									|Jonás 1:12|
									Les respondió: «Agarradme y tiradme al mar, y el mar se os calmará, pues sé que es por mi culpa por lo que os ha sobrevenido esta gran borrasca.»									
     
 - 
									
									13
									 
									 
									|Jonás 1:13|
									Los hombres se pusieron a remar con ánimo de alcanzar la costa, pero no pudieron, porque el mar seguía encrespándose en torno a ellos.									
     
 - 
									
									14
									 
									 
									|Jonás 1:14|
									Entonces clamaron a Yahveh, diciendo: «¡Ah, Yahveh, no nos hagas perecer a causa de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente, ya que tú, Yahveh, has obrado conforme a tu beneplácito!»									
     
 - 
									
									15
									 
									 
									|Jonás 1:15|
									Y, agarrando a Jonás, le tiraron al mar; y el mar calmó su furia.									
     
 - 
									
									16
									 
									 
									|Jonás 1:16|
									Y aquellos hombres temieron mucho a Yahveh; ofrecieron un sacrificio a Yahveh y le hicieron votos.									
     
 - 
									
									1
									 
									 
									|Jonás 2:1|
									Dispuso Yahveh un gran pez que se tragase a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches.									
     
 - 
									
									2
									 
									 
									|Jonás 2:2|
									Jonás oró a Yahveh su Dios desde el vientre del pez.									
     
 - 
									
									3
									 
									 
									|Jonás 2:3|
									Dijo: Desde mi angustia clamé a Yahveh y él me respondió; desde el seno del seol grité, y tú oíste mi voz. 									
     
 - 
									
									4
									 
									 
									|Jonás 2:4|
									Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del mar, una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí. 									
     
 
- 
									
- 
				- Sugerencias 
 

Haga clic para leer Juan 7-8