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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									4
									 
									 
									|Jonás 4:4|
									Mas Yahveh dijo: «¿Te parece bien irritarte?»									
     
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									5
									 
									 
									|Jonás 4:5|
									Salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la ciudad; allí se hizo una cabaña bajo la cual se sentó a la sombra, hasta ver qué sucedía en la ciudad.									
     
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									6
									 
									 
									|Jonás 4:6|
									Entonces Yahveh Dios dispuso una planta de ricino que creciese por encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y librarle así de su mal. Jonás se puso muy contento por aquel ricino.									
     
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									7
									 
									 
									|Jonás 4:7|
									Pero al día siguiente, al rayar el alba, Yahveh mandó a un gusano, y el gusano picó al ricino, que se secó.									
     
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									8
									 
									 
									|Jonás 4:8|
									Y al salir el sol, mandó Dios un sofocante viento solano. El sol hirió la cabeza de Jonás, y éste se desvaneció; se deseó la muerte y dijo: «¡Mejor me es la muerte que la vida!»									
     
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									9
									 
									 
									|Jonás 4:9|
									Entonces Dios dijo a Jonás: «¿Te parece bien irritarte por ese ricino?» Respondió: «¡Sí, me parece bien irritarme hasta la muerte!»									
     
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									10
									 
									 
									|Jonás 4:10|
									Y Yahveh dijo: «Tu tienes lástima de un ricino por el que nada te fatigaste, que no hiciste tú crecer, que en el término de una noche fue y en el término de una noche feneció.									
     
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									11
									 
									 
									|Jonás 4:11|
									¿Y no voy a tener lástima yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y una gran cantidad de animales?»									
     
 
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