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Biblia de Jerusalén (1976) -
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1
|Romanos 12:1|
Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.
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2
|Romanos 12:2|
Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
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3
|Romanos 12:3|
En virtud de la gracia que me fue dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene; tened más bien una sobria estima según la medida de la fe que otorgó Dios a cada cual.
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4
|Romanos 12:4|
Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros, y no desempeñan todos los miembros la misma función,
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5
|Romanos 12:5|
así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros.
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6
|Romanos 12:6|
Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe;
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7
|Romanos 12:7|
si es el ministerio, en el ministerio; la enseñanza, enseñando;
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8
|Romanos 12:8|
la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad.
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9
|Romanos 12:9|
Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien;
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10
|Romanos 12:10|
amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros;
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Sugerencias
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