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Biblia de Jerusalén (1976)
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1
|Romanos 13:1|
Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas.
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2
|Romanos 13:2|
De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación.
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3
|Romanos 13:3|
En efecto, los magistrados no son de temer cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal. ¿Quieres no temer la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella elogios,
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4
|Romanos 13:4|
pues es para ti un servidor de Dios para el bien. Pero, si obras el mal, teme: pues no en vano lleva espada: pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra el mal.
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5
|Romanos 13:5|
Por tanto, es preciso someterse, no sólo por temor al castigo, sino también en conciencia.
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6
|Romanos 13:6|
Por eso precisamente pagáis los impuestos, porque son funcionarios de Dios, ocupados asiduamente en ese oficio.
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7
|Romanos 13:7|
Dad a cada cual lo que se debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor.
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8
|Romanos 13:8|
Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
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9
|Romanos 13:9|
En efecto, lo de: = No adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás = y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
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10
|Romanos 13:10|
La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud.
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Sugerencias
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