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 Leer por capítulos:
 139- 
									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|Salmos 139:11|
									Aunque diga: «¡Me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en torno a mí un ceñidor, 									
     
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									12
									 
									 
									|Salmos 139:12|
									ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es luminosa como el día. 									
     
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									13
									 
									 
									|Salmos 139:13|
									Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; 									
     
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									14
									 
									 
									|Salmos 139:14|
									yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma conocías cabalmente, 									
     
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									15
									 
									 
									|Salmos 139:15|
									y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra.									
     
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									16
									 
									 
									|Salmos 139:16|
									Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos.									
     
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									17
									 
									 
									|Salmos 139:17|
									Mas para mí ¡qué arduos son tus pensamientos, oh, Dios, qué incontable su suma! 									
     
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									18
									 
									 
									|Salmos 139:18|
									¡Son más, si los recuento, que la arena, y al terminar, todavía estoy contigo!									
     
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									19
									 
									 
									|Salmos 139:19|
									¡Ah, si al impío, oh Dios, mataras, si los hombres sanguinarios se apartaran de mí! 									
     
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									20
									 
									 
									|Salmos 139:20|
									Ellos que hablan de ti dolosamente, tus adversarios que se alzan en vano.									
     
 
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