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Biblia de Jerusalén (1976) -
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4
|Salmos 141:4|
No dejes que tienda mi corazón a cosa mala, a perpetrar acciones criminales en compañía de malhechores, y no guste yo lo que hace sus delicias.
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5
|Salmos 141:5|
Que el justo me hiera por amor, y me corrija, pero el ungüento del impío jamás lustre mi cabeza, pues me comprometería aún más en sus maldades.
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6
|Salmos 141:6|
Han quedado a merced de la Roca, su juez, los que oyeron con regodeo mis palabras:
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7
|Salmos 141:7|
«Como piedra de molino estrellada por tierra son esparcidos nuestros huesos a la boca del seol.»
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8
|Salmos 141:8|
Hacia ti, Señor Yahveh, miran mis ojos, ¡en ti me cobijo, no desampares mi alma!
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9
|Salmos 141:9|
Guárdame del lazo que me tienden, de la trampa de los malhechores.
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10
|Salmos 141:10|
Caigan los impíos, cada uno en su red, mientras yo paso indemne.
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1
|Salmos 142:1|
A Yahveh en mi clamor imploro. A Yahveh en mi clamor suplico.
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2
|Salmos 142:2|
Ante él derramo mi lamento, mi angustia ante él expongo,
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3
|Salmos 142:3|
cuando el aliento en mí se apaga; mas tú conoces mi sendero. En el camino por donde voy me han escondido un lazo.
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Sugerencias
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