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Biblia de Jerusalén (1976) -
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20
|Salmos 38:20|
los que me devuelven mal por bien y me acusan cuando yo el bien busco.
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21
|Salmos 38:21|
¡No me abandones, tú, Yahveh, Dios mío, no estés lejos de mí!
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22
|Salmos 38:22|
Date prisa a auxiliarme, oh Señor, mi salvación!
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1
|Salmos 39:1|
Yo me decía: «Guardaré mis caminos, sin pecar con mi lengua, pondré un freno en mi boca, mientras esté ante mí el impío.»
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2
|Salmos 39:2|
Enmudecí, quedé en silencio y calma: mas al ver su dicha se enconó mi tormento.
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3
|Salmos 39:3|
Dentro de mí mi corazón se acaloraba, de mi queja prendió el fuego, y mi lengua llegó a hablar:
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4
|Salmos 39:4|
«Hazme saber, Yahveh, mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que sepa yo cuán frágil soy.
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5
|Salmos 39:5|
«Oh sí, de unos palmos hiciste mis días, mi existencia cual nada es ante ti; sólo un soplo, todo hombre que se yergue,
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6
|Salmos 39:6|
nada más una sombra el humano que pasa, sólo un soplo las riquezas que amontona, sin saber quién las recogerá.»
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7
|Salmos 39:7|
Y ahora, Señor, ¿qué puedo yo esperar? En ti está mi esperanza.
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Sugerencias
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