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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									2
									 
									 
									|2 Corintios 4:2|
									Antes bien, hemos repudiado el silencio vergonzoso no procediendo con astucia, ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios.									
     
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									3
									 
									 
									|2 Corintios 4:3|
									Y si todavía nuestro Evangelio está velado, lo está para los que se pierden,									
     
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									4
									 
									 
									|2 Corintios 4:4|
									para los incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo para impedir que vean brillar el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios.									
     
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									5
									 
									 
									|2 Corintios 4:5|
									No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús.									
     
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									6
									 
									 
									|2 Corintios 4:6|
									Pues el mismo Dios que dijo: = De las tinieblas brille la luz, = ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.									
     
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									7
									 
									 
									|2 Corintios 4:7|
									Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.									
     
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									8
									 
									 
									|2 Corintios 4:8|
									Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados;									
     
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									9
									 
									 
									|2 Corintios 4:9|
									perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados.									
     
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									10
									 
									 
									|2 Corintios 4:10|
									Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.									
     
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									11
									 
									 
									|2 Corintios 4:11|
									Pues, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.									
     
 
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				- Sugerencias 
 

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