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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Daniel 3:1|
									El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de sesenta codos de alta por seis de ancha, y la erigió en el llano de Dura, en la provincia de Babilonia.									
     
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									2
									 
									 
									|Daniel 3:2|
									El rey Nabucodonosor mandó a los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, juristas y jueces y a todas las autoridades provinciales, que se reunieran y asistieran a la dedicación de la estatua erigida por el rey Nabucodonosor.									
     
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									3
									 
									 
									|Daniel 3:3|
									Se reunieron, pues, los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, juristas y jueces y todas las autoridades provinciales para la dedicación de la estatua erigida por el rey Nabucodonosor; todos estaban en pie ante la estatua erigida por el rey Nabucodonosor.									
     
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									4
									 
									 
									|Daniel 3:4|
									El heraldo pregonó con fuerza: «A vosotros, pueblos, naciones y lenguas, se os hace saber:									
     
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									5
									 
									 
									|Daniel 3:5|
									En el momento en que oigáis el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, os postraréis y adoraréis la estatua de oro que ha erigido el rey Nabucodonosor.									
     
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									6
									 
									 
									|Daniel 3:6|
									Aquél que no se postre y la adore, será inmediatamente arrojado en el horno de fuego ardiente.»									
     
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									7
									 
									 
									|Daniel 3:7|
									Con tal motivo, en cuanto se oyó sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que había erigido el rey Nabucodonosor.									
     
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									8
									 
									 
									|Daniel 3:8|
									Sin embargo, algunos caldeos se presentaron a denunciar a los judíos.									
     
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									9
									 
									 
									|Daniel 3:9|
									Tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Viva el rey eternamente!									
     
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									10
									 
									 
									|Daniel 3:10|
									Tú, oh rey, has ordenado que todo hombre, en cuanto oiga sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, se postre y adore la estatua de oro,									
     
 
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