-
-
Biblia de Jerusalén (1976)
-
-
1
|Eclesiastés 2:1|
Hablé en mi corazón: ¡Adelante! ¡Voy a probarte en el placer; disfruta del bienestar! Pero vi que también esto es vanidad.
-
2
|Eclesiastés 2:2|
A la risa la llamé: ¡Locura!; y del placer dije: ¿Para qué vale?
-
3
|Eclesiastés 2:3|
Traté de regalar mi cuerpo con el vino, mientras guardaba mi corazón en la sabiduría, y entregarme a la necedad hasta ver en qué consistía la felicidad de los humanos, lo que hacen bajo el cielo durante los contados días de su vida.
-
4
|Eclesiastés 2:4|
Emprendí mis grandes obras; me construí palacios, me planté viñas;
-
5
|Eclesiastés 2:5|
me hice huertos y jardines, y los planté de toda clase de árboles frutales.
-
6
|Eclesiastés 2:6|
Me construí albercas con aguas para regar la frondosa plantación.
-
7
|Eclesiastés 2:7|
Tuve siervos y esclavas: poseí servidumbre, así como ganados, vacas y ovejas, en mayor cantidad que ninguno de mis predecesores en Jerusalén.
-
8
|Eclesiastés 2:8|
Atesoré también plata y oro, tributos de reyes y de provincias. Me procuré cantores y cantoras, toda clase de lujos humanos, coperos y reposteros.
-
9
|Eclesiastés 2:9|
Seguí engrandeciéndome más que cualquiera de mis predecesores en Jerusalén, y mi sabiduría se mantenía.
-
10
|Eclesiastés 2:10|
De cuanto me pedían mis ojos, nada les negué ni rehusé a mi corazón ninguna alegría; toda vez que mi corazón se solazaba de todas mis fatigas, y esto me compensaba de todas mis fatigas.
-
-
Sugerencias
Haga clic para leer 1 Corintios 5-7