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 Leer por capítulos:
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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Isaías 2:1|
									Lo que vio Isaías, hijo de Amós, tocante a Judá y Jerusalén.									
     
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									2
									 
									 
									|Isaías 2:2|
									Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, 									
     
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									3
									 
									 
									|Isaías 2:3|
									y acudirán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh. 									
     
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									4
									 
									 
									|Isaías 2:4|
									Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra. 									
     
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									5
									 
									 
									|Isaías 2:5|
									Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh.									
     
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									6
									 
									 
									|Isaías 2:6|
									Has desechado a tu pueblo, la Casa de Jacob, porque estaban llenos de adivinos y evocadores, como los filisteos, y con extraños chocan la mano; 									
     
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									7
									 
									 
									|Isaías 2:7|
									se llenó su tierra de plata y oro, y no tienen límite sus tesoros; se llenó su tierra de caballos, y no tienen límite sus carros; 									
     
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									8
									 
									 
									|Isaías 2:8|
									se llenó su tierra de ídolos, ante la obra de sus manos se inclinan, ante lo que hicieron sus dedos. 									
     
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									9
									 
									 
									|Isaías 2:9|
									Se humilla el hombre, y se abaja el varón: pero no les perdones. 									
     
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									10
									 
									 
									|Isaías 2:10|
									Entra en la peña, húndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra.									
     
 
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				- Sugerencias 
 

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