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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Isaías 38:15|
¿Qué diré? ¿De qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? Caminaré todos mis años en la amargura de mi alma.
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16
|Isaías 38:16|
El Señor está con ellos, viven y todo lo que hay en ellos es vida de su espíritu. Tú me curarás, me darás la vida.
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17
|Isaías 38:17|
Entonces mi amargura se trocará en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados.
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18
|Isaías 38:18|
Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan en tu fidelidad.
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19
|Isaías 38:19|
El que vive, el que vive, ése te alaba, como yo ahora. El padre enseña a los hijos tu fidelidad.
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20
|Isaías 38:20|
Yahveh, sálvame, y mis canciones cantaremos todos los días de nuestra vida junto a la Casa de Yahveh.
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21
|Isaías 38:21|
Isaías dijo: «Traed una masa de higos, aplicadla sobre la úlcera y sanará.»
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22
|Isaías 38:22|
Ezequías dijo: «¿Cuál será la señal de que subiré a la Casa de Yahveh?»
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1
|Isaías 39:1|
En aquel tiempo, Merodak Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías porque había oído que había estado enfermo y se había curado.
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2
|Isaías 39:2|
Se alegró Ezequías por ello y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto había en los tesoros; no hubo nada que Ezequías no les mostrara en su casa y en todo su dominio.
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Sugerencias
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