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Biblia de Jerusalén (1976) -
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18
|Eclesiastés 5:18|
Y además: cuando a cualquier hombre Dios da riquezas y tesoros, le deja disfrutar de ellos, tomar su paga y holgarse en medio de sus fatigas, esto es un don de Dios.
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19
|Eclesiastés 5:19|
Porque así no recuerda mucho los días de su vida, mientras Dios le llena de alegría el corazón.
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1
|Eclesiastés 6:1|
Hay otro mal que observo bajo el sol, y que pesa sobre el hombre:
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2
|Eclesiastés 6:2|
Un hombre a quien Dios da riquezas, tesoros y honores; nada le falta de lo que desea, pero Dios no le deja disfrutar de ello, porque un extraño lo disfruta. Esto es vanidad y gran desgracia.
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3
|Eclesiastés 6:3|
Si alguno que tiene cien hijos y vive muchos años, y por muchos que sean sus años, no se sacia su alma de felicidad y ni siquiera halla sepultura, entonces yo digo: Más feliz es un aborto,
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4
|Eclesiastés 6:4|
pues, entre vanidades vino y en la oscuridad se va; mientras su nombre queda oculto en las tinieblas.
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5
|Eclesiastés 6:5|
No ha visto el sol, no lo ha conocido, y ha tenido más descanso que el otro.
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6
|Eclesiastés 6:6|
Y aunque hubiera vivido por dos veces mil años, pero sin gustar la felicidad, ¿no caminan acaso todos al mismo lugar?
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7
|Eclesiastés 6:7|
Todo el mundo se fatiga para comer, y a pesar de todo nunca se harta.
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8
|Eclesiastés 6:8|
¿En qué supera el sabio al necio? ¿En qué, al pobre que sabe vivir su vida?
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Sugerencias
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