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Biblia de Jerusalén (1976) -
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7
|Eclesiastés 7:7|
El halago atonta al sabio, y el regalo pervierte el corazón.
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8
|Eclesiastés 7:8|
Más vale el término de una cosa que su comienzo, más vale el paciente que el soberbio.
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9
|Eclesiastés 7:9|
No te dejes llevar del enojo, pues el enojo reside en el pecho de los necios.
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10
|Eclesiastés 7:10|
No digas: ¿Cómo es que el tiempo pasado fue mejor que el presente? Pues no es de sabios preguntar sobre ello.
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11
|Eclesiastés 7:11|
Tan buena es la sabiduría como la hacienda, y aprovecha a los que ven el sol.
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|Eclesiastés 7:12|
Porque la sabiduría protege como el dinero, pero el saber le aventaja en que hace vivir al que lo posee.
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|Eclesiastés 7:13|
Mira la obra de Dios: ¿quién podrá enderezar lo que él torció?
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|Eclesiastés 7:14|
Alégrate en el día feliz y, en el día desgraciado, considera que, tanto uno como otro, Dios lo hace para que el hombre nada descubra de su porvenir.
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|Eclesiastés 7:15|
En mi vano vivir, de todo he visto: justos perecer en su justicia, e impíos envejecer en su iniquidad.
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|Eclesiastés 7:16|
No quieras ser justo en demasía, ni te vuelvas demasiado sabio. ¿A qué destruirte?
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Sugerencias
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