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 Leer por capítulos:
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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Jeremías 27:1|
									(Al principio del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, fue dirigida esta palabra a Jeremías de parte de Yahveh:)									
     
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									2
									 
									 
									|Jeremías 27:2|
									Así me ha dicho Yahveh: «Hazte unas coyundas y un yugo, póntelo sobre la cerviz,									
     
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									3
									 
									 
									|Jeremías 27:3|
									y envíalos al rey de Edom, al rey de Moab y al rey de los ammonitas, al rey de Tiro y al rey de Sidón por medio de los embajadores que vienen a Jerusalén a ver a Sedecías, rey de Judá,									
     
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									4
									 
									 
									|Jeremías 27:4|
									y dales estas instrucciones para sus señores: «Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Así diréis a vuestros señores:									
     
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									5
									 
									 
									|Jeremías 27:5|
									Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que hay sobre la haz de la tierra, con mi gran poder y mi tenso brazo, y lo di a quien me plugo.									
     
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									6
									 
									 
									|Jeremías 27:6|
									Ahora yo he puesto todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y también los animales del campo le he dado para servirle									
     
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									7
									 
									 
									|Jeremías 27:7|
									(y todas las naciones le servirán a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que llegue también el turno a su propio país - y le reducirán a servidumbre muchas naciones y reyes grandes -).									
     
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									8
									 
									 
									|Jeremías 27:8|
									Así que las naciones y reinos que no sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no sometan su cerviz al yugo del rey de Babilonia, con la espada, con el hambre y con la peste los visitaré - oráculo de Yahveh - hasta acabarlos por medio de él.									
     
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									9
									 
									 
									|Jeremías 27:9|
									Vosotros, pues, no oigáis a vuestros profetas, adivinos, soñadores, augures ni hechiceros que os hablan diciendo: “No serviréis al rey de Babilonia”,									
     
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									10
									 
									 
									|Jeremías 27:10|
									porque cosa falsa os profetizan para alejaros de sobre vuestro suelo, de suerte que yo os arroje y perezcáis.									
     
 
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