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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Jeremías 6:1|
									Escapad, hijos de Benjamín, de dentro de Jerusalén, en Técoa tañed el cuerno, y sobre Bet Hakkérem izad bandera, porque una desgracia amenaza del norte y un quebranto grande. 									
     
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									2
									 
									 
									|Jeremías 6:2|
									¿Acaso a una deliciosa pradera te comparas, hija de Sión? 									
     
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									3
									 
									 
									|Jeremías 6:3|
									A ella vienen pastores con sus rebaños, han montado las tiendas, junto a ella en derredor, y apacientan cada cual su manada. 									
     
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									4
									 
									 
									|Jeremías 6:4|
									- «¡Declaradle la guerra santa! ¡En pie y subamos contra ella a mediodía!... ¡Ay de nosotros, que el día va cayendo, y se alargan las sombras de la tarde!... 									
     
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									5
									 
									 
									|Jeremías 6:5|
									¡Pues arriba y subamos de noche y destruiremos sus alcázares!» 									
     
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									6
									 
									 
									|Jeremías 6:6|
									Porque así dice Yahveh Sebaot: «Talad sus árboles y alzad contra Jerusalén un terraplén.» Es la ciudad de visita. Todo el mundo se atropella en su interior. 									
     
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									7
									 
									 
									|Jeremías 6:7|
									Cual mana un pozo sus aguas, tal mana ella su malicia. «¡Atropello!», «¡despojo!» - se oye decir en ella; ante mí de continuo heridas y golpes. 									
     
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									8
									 
									 
									|Jeremías 6:8|
									Aprende, Jerusalén, no sea que se despegue mi alma de ti, no sea que te convierta en desolación, en tierra despoblada.									
     
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									9
									 
									 
									|Jeremías 6:9|
									Así dice Yahveh Sebaot: Busca, rebusca como en una cepa en el resto de Israel; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador por los pámpanos. 									
     
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									10
									 
									 
									|Jeremías 6:10|
									- ¿A quiénes que me oigan voy a hablar y avisar? He aquí que su oído es incircunciso y no pueden entender. He aquí que la palabra de Yahveh se les ha vuelto oprobio: no les agrada. 									
     
 
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