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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|Jeremías 8:11|
									Han curado el quebranto de la hija de mi pueblo a la ligera, diciendo: «¡Paz, paz!», cuando no había paz. 									
     
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									12
									 
									 
									|Jeremías 8:12|
									¿Se avergonzaron de las abominaciones que hicieron? ¡Avergonzarse, no se avergonzaron; sonrojarse, tampoco supieron! Por tanto caerán con los que cayeren; tropezarán cuando se les visite - dice Yahveh -.									
     
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									13
									 
									 
									|Jeremías 8:13|
									Quisiera recoger de ellos alguna cosa - oráculo de Yahveh - pero no hay racimos en la vid ni higos en la higuera, y están mustias sus hojas. Es que yo les he dado quien les despoje. 									
     
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									14
									 
									 
									|Jeremías 8:14|
									- «¿Por qué nos quedamos tranquilos? ¡Juntaos, vamos a las plazas fuertes para enmudecer allí, pues Yahveh nuestro Dios nos hace morir y nos propina agua envenenada, porque hemos pecado contra Yahveh! 									
     
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									15
									 
									 
									|Jeremías 8:15|
									Esperábamos paz, y no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se presenta el miedo. 									
     
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									16
									 
									 
									|Jeremías 8:16|
									Desde Dan se deja oír. el resuello de sus caballos. Al relincho sonoro de sus corceles tembló la tierra toda. Vendrán y comerán el país y sus bienes, la ciudad y sus habitantes.» 									
     
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									17
									 
									 
									|Jeremías 8:17|
									- Sí, he aquí que yo envío contra vosotros sierpes venenosas contra las que no existe encantamiento, y os picarán - oráculo de Yahveh -.									
     
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									18
									 
									 
									|Jeremías 8:18|
									Sin remedio el dolor me acomete, el corazón me falla; 									
     
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									19
									 
									 
									|Jeremías 8:19|
									he aquí el grito lastimero de la hija de mi pueblo desde todos los rincones del país: «¿No está Yahveh en Sión? ¿su Rey no mora ya en ella? (¿Por qué me han irritado con sus ídolos, con esas Vanidades traídas del extranjero?) 									
     
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									20
									 
									 
									|Jeremías 8:20|
									La siega pasó, el verano acabó, mas nosotros no estamos a salvo.» 									
     
 
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