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Biblia de Jerusalén (1976) -
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8
|Jeremías 48:8|
Viene el devastador a todas las ciudades, y ni una ciudad se salva. Y se pierde el valle, y es asolada la meseta: tal ha dicho Yahveh.
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9
|Jeremías 48:9|
Dad alas, a Moab, porque ha de salir volando, y sus ciudades se volverán desolación sin nadie que las habite.
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10
|Jeremías 48:10|
(Maldito quien haga el trabajo de Yahveh con dejadez, y maldito el que prive a sus espada de sangre).
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11
|Jeremías 48:11|
Tranquilo estaba Moab desde su mocedad, y quieto se estaba en sus atalayas. Nunca fue trasegado, ni al destierro marchó. Por eso le duraba su gusto, y su sabor no se picó.
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12
|Jeremías 48:12|
Empero, he aquí que días vienen, - oráculo de Yahveh - en que yo le he de enviar decantadores que lo decanten. Sus vasijas vaciarán, y sus odres reventarán.
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13
|Jeremías 48:13|
Se avergonzará Moab de Kemós, como se avergonzó la casa de Israel de Betel, en el que confiaba.
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14
|Jeremías 48:14|
¿Cómo decís: «Valientes somos, y hombres fuertes para la guerra»?
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15
|Jeremías 48:15|
Moab está devastado; han escalado sus ciudades, y la flor de sus mancebos bajaron a la matanza - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot.
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16
|Jeremías 48:16|
El infortunio de Moab es inminente, y su calamidad se precipita.
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17
|Jeremías 48:17|
Lloradle, todos sus vecinos y todos los que conocen su nombradía. Decid: «¿Cómo ha sido quebrantada la vara poderosa, el báculo precioso?»
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Sugerencias
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