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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Jeremías 32:27|
Mira que yo soy Yahveh, el Dios de toda carne. ¿Habrá cosa extraordinaria para mi?
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|Jeremías 32:28|
Pues así dice Yahveh: He aquí que yo pongo esta ciudad en manos de los caldeos y en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que la tomará,
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29
|Jeremías 32:29|
y entrarán los caldeos que atacan a esta ciudad y le prenderán fuego incendiándola junto con las casas en cuyos terrados se incensaba a Baal y se libaban libaciones a otros dioses para provocarme.
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|Jeremías 32:30|
Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho otra cosa sino lo que me disgusta desde sus mocedades (porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme con las obras de sus manos - oráculo de Yahveh -).
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|Jeremías 32:31|
Porque motivo de mi furor y de mi ira ha sido para mí esta ciudad, desde el día en que la edificaron hasta hoy, que es como para quitármela de delante,
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|Jeremías 32:32|
por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que, para provocarme, obraron ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y profetas, el hombre de Judá y el habitante de Jerusalén,
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|Jeremías 32:33|
y me volvieron la espalda, que no la cara. Yo les adoctriné asiduamente, mas ellos no quisieron aprender la lección,
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|Jeremías 32:34|
sino que pusieron sus Monstruos abominables en la Casa que llaman por mi Nombre, profanándola,
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|Jeremías 32:35|
y fraguaron los altos del Baal que hay en el Valle de Ben Hinnom para hacer pasar por el fuego a sus hijos e hijas en honor del Moloc - lo que no les mandé ni me pasó por las mientes -, obrando semejante abominación con el fin de hacer pecar a Judá.
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|Jeremías 32:36|
Ahora, pues, en verdad así dice Yahveh, el Dios de Israel, acerca de esta ciudad que - al decir de vosotros - está ya a merced del rey de Babilonia por la espada, por el hambre y por la peste.
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