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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Jeremías 2:12|
Pasmaos, cielos, de ello, erizaos y cobrad gran espanto - oráculo de Yahveh -.
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|Jeremías 2:13|
Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen.
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14
|Jeremías 2:14|
¿Es un esclavo Israel, o nació siervo? Pues ¿cómo es que ha servido de botín?
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15
|Jeremías 2:15|
Contra él rugieron leoncillos, dieron voces y dejaron su país hecho una desolación, sus ciudades incendiadas, sin habitantes.
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16
|Jeremías 2:16|
Hasta los hijos de Nof y de Tafnis te han rapado el cráneo.
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17
|Jeremías 2:17|
¿No te ha sucedido esto por haber dejado a Yahveh tu Dios cuando te guiaba en tu camino?
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18
|Jeremías 2:18|
Y entonces, ¿qué cuenta te tiene encaminarte a Egipto para beber las aguas del Nilo?, o ¿qué cuenta te tiene encaminarte a Asur para beber las aguas del Río?
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19
|Jeremías 2:19|
Que te enseñe tu propio daño, que tus apostasías te escarmienten; reconoce y ve lo malo y amargo que te resulta el dejar a Yahveh tu Dios y no temblar ante mí - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -.
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20
|Jeremías 2:20|
Oh tú, que rompiste desde siempre el yugo y, sacudiendo las coyundas, decías: «¡No serviré!», tú, que sobre todo otero prominente y bajo todo árbol frondoso estabas yaciendo, prostituta.
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21
|Jeremías 2:21|
Yo te había plantado de la cepa selecta, toda entera de simiente legítima. Pues ¿cómo te has mudado en sarmiento de vid bastarda?
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Sugerencias
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